viernes, 5 de marzo de 2010

El mejor Gin-tonic...

Fui esa tarde al bar con idea de lo de siempre... leer un poquito el periódico, tomarme un café, hablar un ratito con mis amigas, y volverme pronto, de hecho, estaba cansadísima.

Me tomé mi café, nos echamos unas risas, nos contamos alguna que otra preocupación. Nos quedamos algo más de lo que yo quería, pero tampoco tenía mucho que hacer.

Me pedí unas cervecitas, se estaba animando la cosa. Cuando ya nos íbamos a ir, y el bar iba a cerrar, el camarero empezó a hablar conmigo y a gastar algunas bromas. Me propuso quedarme para tomarnos algo, y yo acepté.

Terminaba con mi última cerveza, cuando puso en la barra dos gin tonics, sólo eramos dos...

Sorprendida, miré los vasos... llevaban trocitos de fresas, frambuesas y moras... ¡Qué casualidad que la frambuesa sea mi fruta favorita!

La fruta duró poco en los gin-tonics... y los gin-tonics también duraron poco. A partir de ahí, empezó la noche...

Me gusta jugar con la nata, pero es una gozada jugar con frutas, y más si es con frambuesas...


No fue el contenido, fue la forma...

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