Pero, sobre todo, era una excusa.
La verdad es que todo estaba como siempre, como yo me esperaba. Me encontré muy bien.
La otra mañana tuve que llevar un papeleo "oficial", y tuve una mañana algo liada. Casualidades de la vida... te vi... con ella.
Mi excusa era ahora una realidad. Ya tenía lo que tanto quería ver.
Ahora ¿qué...?
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