Llevas viniendo toda la semana, quizás la primera vez, fuera culpa mía. Pero, ahora que me doy cuenta, ¿quien te ha invitado? Yo no.
Sal de mi cabeza.
Prefiero que me dejes sola, como siempre.
Porque no podemos dejar de pensar ni un solo momento...
No hay comentarios:
Publicar un comentario